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Que acudan para lo necesario, que muchos a nada que le dirijas la palabra empiezan a contarte su vida.
Llamadme loco, pero si les pagan será para que trabajen por muy poco que les guste y que atiendan al cliente siempre que lo pidan.
Yo creo que el punto está en ser atento sin ser pesado.
Yo trabajé cara al público y normalmente atendía lo justo, bien, con educación pero sin contarle mi vida a nadie, parecer cercano pero sin llegar a ser pegajoso.
El otro extremo sería el contestar con monosílabos y mala cara esperando a que el cliente lo haga todo por tí, y eso tampoco es porque hay algunos clientes que, bien por desconocimiento o por aburrimiento, necesitan un "psicólogo" (Al final, todos los que trabajamos cara al público lo somos un poco) que les aconseje un poco la mejor compra, y muchos agradecen que de vez en cuando también des algún consejo de vida.
En la moderación está la virtud.
Como cliente y ex-dependiente... Que el cliente sea quien busque la ayuda. No se debe atosigar a los clientes desde que entra en una tienda porque se agobia y se va.
Yo no lo hacía y no me gusta que me lo hagan: entrar y ya ofreciendo ayuda y consejo...
Depende del público al que esté orientado el servicio.
Pero vamos, se soluciona pronto si se acercan con un sencillo “le puedo ayudar?” y se atienen a la respuesta sin dar el coñazo.
Que la idea de las cestas de "necesito ayuda" y "no me puto molestes" es buena. Hay clientes que necesitan ayuda y otros que son autosuficientes y tú no eres adivino.
Que me dejen mirar tranquila y si necesito algo lo pregunto.
También he de decir que suelo dirigirme a quien se ha ofrecido a orientarme en primer lugar. Así: "Muchas gracias, si tengo alguna duda o cojo algo te aviso a ti para atenderme".
La segunda opción siempre. A mí me agobia ir a mirar en alguna tienda buscando nada en concreto y que vengan a preguntar si necesito ayuda o a querer venderme la media tienda cuando sólo les digo que estoy mirando (este caso es mucho peor que el primero, pero al menos te deja claro que no vas a volver a pisar esa tienda porque se lo merecen). Luego siento que me están observando como si me vieran con cara de querer robar algo y termino por irme sin nada. Creo que los clientes son lo bastabte mayorcitos para pedirle ayuda a algún trabajador cuabdo lo necesite, y éste debería darle la ayuda necesaria, que para eso le pagan. Y sí, sé que hay sitios en los que obligan a preguntar y la verdad es que no sé a qué empresario se le puede ocurrir que así van a vender más. Cuantas más vueltas da un cliente en una tienda, más cosas ve y mas cosas puede comprar, ¿no?
Trabajo como reponedor en una tienda y creo que sólo deberíamos ayudar si el cliente solicita nuestra ayuda. Se ponen a contarte su vida y a enseñarnos cosas en el movil (o chafardear) y es molesto. Ademas que nuestro jefe solo quiere que ayudemos cuando entra alguien sospechoso (segun el: gitanos y rumanos) que quiere que les vigilemos.
Bueno, ser un buen dependiente tambien es saber ver quien necesita tu ayuda sin pedirtela, pero eso es tener ojo. Ya encontraras tu manera de abarcarlo todo, tu puedes locuelo!
Bueno, ser un buen dependiente tambien es saber ver quien necesita tu ayuda sin pedirtela, pero eso es tener ojo. Ya encontraras tu manera de abarcarlo todo, tu puedes locuelo!
Bueno, ser un buen dependiente tambien es saber ver quien necesita tu ayuda sin pedirtela, pero eso es tener ojo. Ya encontraras tu manera de abarcarlo todo, tu puedes locuelo!
Como dicen algunos, si yo entro a una tienda y me están agobiando o queriendo venderme todo, me voy, no lo soporto. Yo prefiero mirar todo, tener mi propia teoria de los productos y luego preguntar a alguien si es necesario.
Por otro lado, trabajo en una tienda de internet y líneas móvil, todo lo que se vende está en los escaparates por lo que si alguien entra, es para preguntarme algo directamente a mí, pues todos vienen derechos a mi mesa.
Yo les atiendo lo mejor que puedo, sonriendo y ayudando lo que pueda, pero sí que es verdad que como dicen, algunos vienen a preguntarte por una tarifa de línea móvil y te acaban contando la vida de su hijo. Otros por ser maja, se creen que lo haces todo gratis. Otros en cambio te vienen a pedir cambiar el código pin y te dan una propina de 5€ cuando no se les pretendía cobrar nada...
Hay de todo, pero desde luego, ganas de hablar hay mucha. Había uno que venia todos los días a hablar conmigo y se tiraba una hora cuando yo tenia cosas que hacer, tuve que llamar la atención a su familia y todo.
Aunque también me han tocado casos desagradables, personas que se creen con todo el derecho del mundo a gritarte cuando tú no tienes nada que ver o como un hombre que me empieza a decir que tengo cara de infiel y que no se va de la tienda hasta que le de un beso. Por suerte vino otro cliente, se fue y pude aprovechar para cerrar con llave.
El cara al público es lo que tiene, no sabes a qué te vas a enfrentar y desde luego pasas por altibajos a lo largo del día.
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